Porque unimos nuestros tiempos
en un mismo palpitar,
cuando estoy triste y sola
cierro los ojos
y recuerdo tu sonrisa
y esa magia que de ti brotaba
como si fueras alba perpetua
a pesar del anochecer en mi alma.
Entonces, vida mía,
regalo más divino que la existencia me dio,
vuelves a mi vera
y las flores son palabras buenas de primavera;
la dulzura se instala aquí
y te sé y reconozco un hombre-estrella bueno.
Sólo quien devuelve la vida
a una muerta
entendería lo que digo
-como la música
que intento fabricar desde mi hueco florido
y escuchas sólo tú porque es para ti-.
Señor, mi niño atrevido,
en la vida crucé una lengua
con la inocencia que me enseñó
tu húmeda guarida roja...
Cierro los ojos y abro los labios.
Aparece el milagro de tu boca.
Porque unimos nuestros tiempos
en un mismo palpitar,
mañana te llamé
y sigues siendo beso mío.
jueves, 7 de abril de 2011
sábado, 2 de abril de 2011
Una mañana de abril
Las cosas más simples
se llevan en el alma.
Una mañana de abril
una como ésta
yo abrí mi corazón al sol
y la primavera llenó mi falda.
Emerge para mí la sinfonía
en el silencio guarecida.
No necesito más palabras
Toca la lira un ángel tornasol
y yo le abro mi puerta.
Por simple hecho de querer renacer en la estación florida.
se llevan en el alma.
Una mañana de abril
una como ésta
yo abrí mi corazón al sol
y la primavera llenó mi falda.
Emerge para mí la sinfonía
en el silencio guarecida.
No necesito más palabras
Toca la lira un ángel tornasol
y yo le abro mi puerta.
Por simple hecho de querer renacer en la estación florida.
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