martes, 18 de agosto de 2009

Que qué era para mí la poesía

Un día caluroso de entre estos
alguien me hizo una igual de cálida
pregunta:
que cuál era la utopía de mi poesía
que a qué le tiraba yo escribiendo versos
si allá afuera había marabunta.

Que qué era para mí la poesía
y si Sor Juana era mejor que Dios.

No supe contestarle nada,
excepto mi última razón
para hacer como que no hago nada
excepto versos que paren a diario
un renovado amor.

Le dije con mis silencios
que la poesía
son tus ojos,
tus dedos, tus dudas,
tus llanos, tus heridas,
tu frente, tus huesos,
tus textos,
tu corazón.

Que la poesía para mí
era un jueves frío
último de enero
a eso de las ocho
con tu paso norteño
y tu porte de rabino loco
y con mi cortada, apagada
y renacida voz.

No hizo más preguntas
seguro que no conoce
el amor.

He aquí mi postdata
a todo este huracán que se detiene
y dispara besos
cuando estás en mi mente
y entre más mujer soy.

lunes, 17 de agosto de 2009

No importa

No importa cuántas veces
quieras tapar con tu espalda
y con el silencio de tus dedos
mi realidad:

Seguirás siendo el fuego
que me habita
nada en este mundo sobrevive
excepto la inmolación de toda brevedad
en mi cuerpo-vida
y de aquí hasta la más limitada
poética e ignorada
realidad.

domingo, 16 de agosto de 2009

Estatua (ráfaga)

Alcemos una estatua
a tu luz
mientras pasó por mi ciudad.

Que me hagas falta
no quiere decir
que no sepa sacar de tu ausencia
la capacidad de sonreír
porque conocí lo que era amar
después de la tormenta
y siendo mujer y fragilidad.

Y que te amo, es una aún realidad.
Ráfaga de delirio al centro de mi cuerpo,
vive en mí este sueño
y por un hoy multiplicado por tus besos.