martes, 30 de diciembre de 2008

Desierto

De la misma arena-bosque
extendida sobre lo que antes fuera mar
en mi tierra
a varios cientos de kilómetros está ella
recuerdo de que desierto somos
y al desierto siempre se regresa.

Que este beso de letras te llegue
en este día en que Venus se detiene
y me mira con mis veintiséis como puesta en escena,

Niño guerrero, piel de verano en puerta.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Cirhuá II

Y Cirhuá me siguió
desde el Cerro de la Silla hasta Zapalinamé.

Quiere decirme algo,
lo sé:

Que el destino me alcanzará pronto
tal y como no lo había planeado.
Que el sol es una naranja
vestida de flor invernal.
Que lo malo pasa
y lo bueno nos ha de alcanzar.

O que la inocencia toca la puerta
para que la dejemos entrar.

(Se le llama fe
al acto de estar unidos
con un más allá
que no alcanzamos a divisar.

Sólo la sonrisa de un inocente lo hace
sólo una convicción a ciegas
en la mano que no veo y amo
me puede llevar hasta allá).

jueves, 18 de diciembre de 2008

El regalo

Por todo este tiempo
que hemos dejado de ser nosotros
yo te urjo
a que seamos los mismos
antes de que nos expulsara el cosmos:

Cierra la puerta al orgullo
destroza todo indicio de miedo
haz girar el reloj en el sentido que te dé en gana
y escúchame, al menos
en esta noche estelar y silente:

No tengo nada para regalarte
y la distancia hace girones mis ansias
sólo me queda un te amo
pronunciado
con la limpieza que guardo
en el fondo de mi alma.

Y cuando Amor te diga
que es algo universal y verdadero
adórname el alma en mi fichero
con una aceptación tácita y en silencio
de este regalo puro
que no espera nada concreto.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cantos de olvido

No tengo ganas
de naufragar
a los veintiséis años
dentro de dos semanas.

Por eso hoy decido
no recordar más
(acaso llore
pero no le daré causa
ni efecto alguno).

No sé de nombres
gestos, silencios
ni distancias
no sé de desiertos, selvas
miel en el iris
ni ecos sin relevancias...

Hoy finjo demencia emocional
hoy quiero respirar
un amor natural
(y a ver si los pájaros de invierno
se unen a las nochebuenas...)

I griega

Galopaste
con la i griega
que en tu nombre enaltece a nuestro género.

Me pasaste tus brazos de once años

Y como de puro milagro
veintidós ángeles
se posaron a mi oscuro alrededor.

Debí portarme bien en la semana
para tener en tan poco tiempo
tanto amor.