De la misma arena-bosque
extendida sobre lo que antes fuera mar
en mi tierra
a varios cientos de kilómetros está ella
recuerdo de que desierto somos
y al desierto siempre se regresa.
Que este beso de letras te llegue
en este día en que Venus se detiene
y me mira con mis veintiséis como puesta en escena,
Niño guerrero, piel de verano en puerta.
martes, 30 de diciembre de 2008
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