Juguemos a que somos niños
no recuerdo muy bien cuándo dejé de serlo
tampoco recuerdo exactamente dónde dejé mi Lucas
ni mi brinca-brinca
ni mi súper walkman.
Te he visto a ti y a otros tantos
deambular por los caminos del asfalto
huelo señoras con perfume de inocencia
escucho señores cantando rondas de felicidad.
Pero nadie juega de a deveras
nadie se atreve a demostrar lo que es en realidad:
¿hace cuánto que no fuimos niños
hace cuánto que no le sacamos la lengua a nuestro jefe
y luego le dimos una palmadita para invitarlo a la riata saltar?
Yo no creo en estas realidades tan grises
tú tampoco creaste este valle de lágrimas
y tampoco el de la esquina siquiera lo pudo planear.
Somos libres, juguemos a ser niños.
A lo mejor con eso, nuestra vida mañana
podría un giro grande dar.
miércoles, 21 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario