O no:
los corazones también sirven
para dormir felices.
Y hoy te presto el mío
almohada más roja
jamás habrás tenido.
Que la noche envuelva
el estupor de las calles
y se lo lleve lejos
donde tu no lo halles
para que duermas pensando
en insectos milagrosos
en nubes parlantes
inventos ingeniosos.
Da igual
que lo creas
o no:
los corazones también sirven
para dormir felices...
viernes, 26 de septiembre de 2008
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