domingo, 5 de octubre de 2008

Cronología

Te conocí un jueves 31 de enero
a las ocho y cacho de la noche
ese día me había llovido humillaciones
lodo de altanerías y otras repulsiones.
Caminé directo a ti sin saber que ahí estarías
subí una escalera de caracol partido
y en el balcón de enfrente vi tus rizos como estrellas
te imaginé extranjero
judío -rabino-
gringo -de los intelectuales-
irlandés -de los investigadores-
criollo -de los que piensan aparte-.

Te miré lentamente y sin decirte nada
yo iba con la noción de mí misma
a menos diez en escala de un metro
por centímetro de piel y cintura.
El pelo rojo era lo único que brillaba
todo lo demás estaba sin luz.

Cuando supe tu nombre
no sabía si hablarte o retirarme
la mayoría te busca por lo que haces
yo te buscaría, en todo caso
por la luz que emanabas por ese lugar.

Tomé a la fuerza un tinto con sabor a plástico
un par de ojos se clavaban en mi cabeza
al girar, tus ojos se veían como entre la multitud
azorados.

Te dije mi nombre
apretamos tres veces la mano
dijiste "aquí estamos"
y yo "no recuerdo el nombre de tu último relato".

No pensé volver a verte
siempre supe que otras son tus expectativas
lo demás ya lo sabes:
pasaron cuatro meses y doce días
y tú y yo nos volvimos a encontrar
en esta cosa rara que le llaman comunicación de la nueva vida.

Te miré por dentro
ofrecías en tu espacio radiografías
me enamoré de ti sin proponérmelo
eres único en esta tierra de desventurados
alumbras aún cuando estás ofuscado
enamoras con tu displiscencia de niño malcriado
enterneces con la vulnerabilidad de un macho cansado
y das vida con la sensatez de tu mundo alocado.

Te esperé para darte un poco
de lo mucho que me habías dado
un dios raro puso un muro
y tres días después tu silueta estaba
en otro lado.

Leer las frustraciones de tus viajes
me duelen en lo que respecta a mis actos
habría dado algo más por ser como todas
pero acepto que en otro mundo me han engendrado.

Y aunque estalle por momentos
-soy mujer, por si te habías olvidado-
sólo quiero decirte lo siento
andar frenéticamente detrás de lo imposible no es lo mío
yo sólo sé que te amo.

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