Hoy como ninguna
la tarde se ve hermosa
incluso en medio
de las tolvaneras.
Acaso será que aprendí
a aceptar la piedra amarilla
cantera que viste
esta ciudad olvidada;
acaso será que la primavera
enamora mis pupilas
y en mi ánimo hace magia;
acaso será que sigo
de él enamorada.
Acaso todo junto
una suerte de memoria colectiva
pero sólo mía
que me hace hoy ver preciosa
esta ciudad amarilla.
sábado, 2 de mayo de 2009
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