Y apareciste de la nada
saliente de un cascarón olvidado de Pascua
tus rayos competían
con la luz de la alborada
que todos los días te ve despertar
y jugar
y brincar
y pintar -los cuadernos y tu cara-
Sentada en la grada
que da hacia la tarde anunciada
sacaste un par de chispas
de tus estrellas titilantes
Y una boca chiquita
labios de sandía
sonrisa de inocente
completó tu ajuar de pollito
niña amarilla iridiscente.
martes, 11 de noviembre de 2008
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