sábado, 31 de enero de 2009

Celebración

Como un prisma perfecto
así eran tus ojos detrás de tus anteojos.
Como un universo paralelo
como una galaxia sacada de un libro de cuentos.

A tu aura me dirigí
a ciegas y otra vez renaciendo:
te mostrabas retraído ante lo absurdo
y te movías frenético en tu pensamiento.

Me envolviste en tus brazos de tu cuerpo etéreo
de un sólo tajo y para siempre
devolviste mi alma a mi cuerpo
y dejé de ser una mujer triste y silente.

Y todo ocurrió un jueves frío
el treinta y uno de enero.

*****************************************

Y desde entonces
he navegado por tu sangre
tu corazón infinito
tu luz inagotable.

Ya las lunas saben a dulce
y por ti se calmaron mis mares;
yo aprendí a ser sensual y flor
y hoy me muestro ante tí
honesta con corazón para tu nombre.

Volví a bailar al salir de ese recinto
una estrella me dijo
que tú eras lo que yo quería.

Y a tí me consagré en silencio, amado mío
un silencio que suena a estas letras.

Por tí conozco a Amor
como es y a mi medida.
Por tí tengo una ilusión para ser trapecista
en esta ilógica vida.

Soy muchos besos
quisiera ser los brazos que te arrullan
que te amen, acaricien y sostengan.

Ruego a tu luz que nunca te alejes de mi existencia
ruego por la permanencia
de esta feliz y afortunada coincidencia.

Alabo tu caída de ángel desprevenida
y alabo aún más
tu existencia.

Amo tu aliento a flores que maduran lento
amo que seas guerrero
amo la inocencia que llevas por dentro.

Amo tu perfección en lo imperfecto.

Aprendí a ser gigante para ver cómo palpitas.
Y todo fue un treinta y uno de enero.
Y fue porque yo ya lo merecía.

No hay comentarios: