Tu nombre es mi Edén:
salí rumbo a los infiernos
cuando crecí y vi mi inocencia fenecer.
Anduve entre mantos de lágrimas
y corazones escarpados
y como algo dolorosamente inesperado
crecía la maleza entre mis labios.
Hasta que topé con tus raíces
y tomé de tu agua la vida nueva;
mis manos florecieron como madreselvas
y mi cuerpo de azahares
enterito se cubrió.
Fue la magia de tus cuatro sílabas en flor
las que me bajaron de la cruz
y entre tu luz me envolvió
la dulce esperanza que borró mis memorias;
Eres el agua dulce de la jamás probada noria
sólo a las mujeres-ave
se les anuncia tu existencia
y una de ellas soy yo.
Tu nombre es un Edén
y yo bendigo tu amor.
sábado, 10 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario