Su canto es una caricia
que te arrulla y te consuela.
Es esperanza y vida,
es recuerdo y estela
de luz que no brilla
pero que sí suena.
Entre espirales se mueve
y hasta el corazón
del marino llega
con soles en la piel entretejidos
en el manto blanco de luna llena.
Las olas del mar la provocan
y las rocas a su belleza llaman
para que salga de su boca
los sonidos que más aman.
Y con sus cabellos al viento
ella vendrá a cantar
la Sirena por un momento
y luego se irá al mar a descansar.
martes, 24 de junio de 2008
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