Recostada en la arena de tus labios
así es como hoy quiero estar.
Un remolino de fuego y luz...
todos mis versos se agotan frente a tu piel.
Hoy no quiero que mi poesía suene a algo
Hoy sólo quiero resonar entre tus manos
ser escuchada dentro y fuera de tu espacio
probada una y otra vez en mi eterna devoción
que te ha mostrado
que al único ser que yo he amado
es a quien hoy le dedico mi menguante inspiración.
Inspiración que renace y muere en tu nombre:
eres el castigo y el cielo en uno mismo.
Por eso te amo, hombre cienfuegos
lunas sempiternas de un octubre agotado
nubes alargadas en un cielo del noveno mes de nuestras vidas
ojos que le roban la ambrosía de la flor al colibrí
voz raspada por el cigarro de tus últimos días de veinteañero
hombre todo mío, todo mío,
todo para mí.
martes, 1 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario