martes, 1 de abril de 2008

A una Serpiente Emplumada (Plegaria)

Apiádate de tus hijos, serpiente emplumada
devuélveles la esperanza
de ver algún día la tierra ahora perdida, recuperada.
Diles que no te has marchado, y que desde las aguas siderales
a sus almas las mantienes protegidas y cuidadas.

Reitérales aquel juramento que alguna vez pronunciaste
que regresarías a reinstaurar las bendiciones y virtudes que otrora creaste.

Tus hijos años atrás se cegaron por las barcas
de hombres que no supieron sino dejar tristes marcas
de un pasado que no vale la pena recordar.

Te esperan los descendientes
de pueblos que te veneraron y te fueron obedientes
sin importar si antes entablaron cruentas batallas
porque luchar contra la actual, el consuelo no hallan.

Apiádate de tus hijos, Quetzalcóatl
las tierras sin arar están y sobre ellas el desasosiego de tus hijos descansa
y no han muerto porque guardan muy dentro la esperanza
de tener al dios-hombre que les regaló su templanza.

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