La Juventud

De ideales marchitos está la Juventud
no hay flores ni algoritmos
que por arte de magia les devuelva la virtud.

Son voces apagadas que nada pueden hacer
las bocas que las portan a callarse han aprendido
desde antes de nacer.

No es que les importe su diario acontecer,
es que ellas conocen su proceder:
un proceder nocturno, de voces del ayer,
un proceder profundo de almas sin interés.

Por eso ellas saben que no hay cerca un renacer
si no es por conflictos, como esas voces lo creen comprender…
pero las voces nuevas a la guerra no quieren pertenecer.

Y se encuentran en la espera de un milagro esperado
que a base de sueños repetidos su espíritu ha formulado
permitiendo que la esperanza no llegada
sea lo único que los salve de la nada.

No portan bandera que los distinga
o divida, o marque una obligada distancia:
saben que de fronteras su vida quedará extinta
cuando muestren que todas las culturas del mismo color se pintan.

Un color transparente, nítido y etéreo
tan volátil y tan amplio como el azul del cielo.

No comparten ideas de antaño
pues coinciden que lo anticuado hace daño
al porvenir: el porvenir no puede sembrarse
sin primero de escombros limpiarse
la tierra, su pretérito y su presente.

Un futuro tranquilo y naciente
las nuevas voces observan bajo el Astro Rey
que les regala un Rayo Incandescente…

De esperanzas se alimenta la Juventud:esperando su llegada para recobrar la Virtud.