Tomo un trozo de tu ternura
la paciencia con la que atiendes
mis locuras
y me hago un trompo con las faldas
y a girar me voy
en pos de tus rayos
en pos de mi corazón que desvariado avanza.
Así soy feliz,
a pesar de una que otra lágrima
soy más emoción que cuerpo
más espíritu que carne
soy etérea
floto que vuelo
hasta donde tus manos
donde tu sangre
soy así y casi puedo jurar que te lo debo
a que estás en mí
y mi corazón lo sabe.
El trompo gira
como los satélites que ya no vemos
en el cielo, allá a lo lejos
entre el smog y de los carros sus reflejos
se ve de vez en cuando
una ráfaga de colores
que juega cuando pronuncies tus palabras
cuando mi alma encienda en llamas
y mi corazón sea su mensajero.
Decías que la ternura era para los chicos
tienes quince más que yo
y sin embargo te reconozco grande y bueno
como uno de ellos.
martes, 24 de febrero de 2009
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