martes, 24 de febrero de 2009

Fuga nocturna (noche soleada)

No sé si mañana
los cataclismos o los sismos
por eso esta noche soleada te digo:
nademos en el mar sideral de nuestros ojos
vivamos la felicidad
que de corazón he construido
para que en mi cuerpo estés en paz
para que a mi lado te sientas tranquilo.

Lo hice en pago
por todo lo que me has dado
soy un faro de luz
como la raíz de mi nombre
como ningún hombre
en mí esa esencia había comprobado;

Ahora soy un mar de besos
los guardo aquí para cuando te sea preciso
encontrar la brújula de tus desvaríos
cuando te ahogue lo cotidiano.

Lo doy todo, todo lo que he podido
te lo he dado
y me siento la mujer más libre y eterna
porque todas nacemos para sentir
lo que por tí vivo
pero pocas somos
las que conseguimos
que dios nos dé semejante regalo.

Eres mi regalo,
mi sol de bolsillo
mi universo coloreado
por estos versos que te escribo.

Bendito sea tu nombre
benditas las alas de tu angelical estío
uno que llegó a mi puerta
el día menos previsto.

Y por eso y tantos milagros
nademos en este universo
de aguas índigo con sabor
a estrellas sonrientes
tú eres mi sol, yo soy tu mar silente
y en esta fuga nocturna
te entrego desnuda
lo que plenamente soy desde que alguien creó
la magia de la ternura en mí
(tu nombre, tu nombre).

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