lunes, 9 de febrero de 2009

La enésima Eva

Seré tierna
porque hago lo que a mi corazón
le viene en gana:
soplaré ranitas moradas al viento
deshojaré soles enteros
para alimentar tus sueños.

Y a la luna le robaré su plateado cabello
para una cuerda tejer;
la usaré de liana
entraré por tu ventana
como los grillos que te cantan
pero con este libro abierto
que se llama amor de la enésima Eva
que se enamora del hombre perfecto
y es librada de toda culpa ajena
porque tu nombre, sí,
es mi propio edén.

Seré volcán y besos tiernos a un tiempo,
si me lo permiten tus brazos
tu cuerpo sereno,
tu faz de niño tierno,
tu nombre, niño mío,
amado mío, mi querer.

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