Es verdad,
los ríos se vuelven lagos
y los lagos forman parte de mi mar.
Sí, es verdad,
Zapalinamé es azul en invierno
y resguarda el cielo
como si fuera de aquí nomás.
Y sí, es verdad,
que mi piel es una Eva andante
por tus nubes y tu sal.
Como lo es también
que te amo a mi manera
y con una exorbitante inmensidad.
domingo, 1 de febrero de 2009
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