jueves, 26 de marzo de 2009

Diáfano el cielo

Cuán diáfano se ve
el cielo
cuando al cerrar los ojos
en el medio del sueño
logré mirar castillos
y los prados en su lugar;

Promesa de que hay un dios
que no está dormido:
yo abrí los ojos
y los cantos de los míos
la sangre cobriza
corriendo como un río
a través de mis huesos y mis oídos
jicarita dulce de relatos desconocidos
me inyectaron el sabor
de lo que sabe estar en este trozo de tierra
viva
me enseñaron a creer
en la posibilidad de la verdad.

Dicen que no hay mejor historia
que el presente
y yo apelo a esta sentencia
porque hoy es de marzo
el último jueves
y como éste en estos 365 días
no habrán más.

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