sábado, 28 de marzo de 2009

Marzal

El salto del ojo de agua
baña el cielo
como si una lluvia de cristales sin sal.

Dos pajaritos vuelan el romance frenético
y se sobrevuelan
como mirando hacia el amor en libertad;

Mientras el naranjo que le creímos limón
sacude sus ramas cuando ríe
yo barro la cochera enorme con paso de tigre
él me mira como cuando tenía siete años.

Él me mira todo paternal.

Y el reflejo de un sol hecho puentes de ganas
amores y abrazos tiernos
imprengan el aire
en este sábado último
del más bello marzal.

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