viernes, 20 de marzo de 2009

Hemisferio Norte

Si este día
los seres humanos
en vez de improperios
y de majaderías
dijeran lo que llevan
cuando oyen su corazón,
Amarylis por la puerta grande
entraría
y sembraría una clase de flores
que se llama esperanza
y árboles frondosos crecer haría
para enseñarnos
lo importante de esta vida:
rotar como el mismo viento
en los cuatro puntos cardinales
las veinticuatro horas
del inexistente tiempo
los trescientos sesenta y tantos días
del calendario humano
y a cada minuto
en que la sonrisa genuina que sólo portan los niños
alumbra hasta las esquinas más oscuras
porque ellos realmente ríen
con el mismo viento que lleva amarguras
entre sus ancestros
pero que por ser pequeñas deidades-pureza
siempre los columpia a su favor.
Yo no conozco de los deseos de Amarylis
es sólo que a ella le gustaría
llegar en un hemisferio norte reconstruido
en un distinto amor.

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